El panorama de periodismo cambió radicalmente desde la aparición de Internet, no sólo en lo que concierne a nuevas herramientas y prácticas, sino, y más fundamentalmente, en la forma de producir, circular y consumir las noticias, en fin, de conectar con las audiencias.
Con la llegada de las redes sociales, las plataformas de transmisión en vivo o streaming, los podcast o el mailing, el horizonte del quehacer periodístico se diversifica y amplía notablemente.
Un periodismo multiplataforma que se enfrente a una hiper segmentación de las audiencias y que compite con muchos perfiles ajenos a la disciplina del periodismo tradicional: influencers, creadores de contenidos. Sin embargo, las bases de un buen periodismo no han cambiado, ni su objetivo esencial en la sociedad.
Frente a fenómenos como las Fake News (noticias falsas) o los news avoiders (evitadores de noticias) el nuevo perfil del periodista debe prepararse para comunicar de manera efectiva información de calidad para las audiencias.