La crisis generada por la pandemia mundial de COVID-19 sin duda apresuró muchos cambios que ya se estaban gestando, el más tangible ha sido la virtualización de labores a través de plataformas digitales.
Esto en la educación superior ha tenido un gran impacto, dado que el aprendizaje de carreras especializadas tiene muchos componentes prácticos y cursos, que parecían, necesariamente presenciales.
Esto, sumado a la reestructuración que ha sido necesaria en todas las organizaciones, ya empieza a vislumbrar aprendizajes y lecciones. Javier Herrera, rector de la Universidad Creativa, expone en cinco puntos qué funcionó, qué debe mejorar y qué vino para quedarse.
Hemos puesto en marcha herramientas de enseñanza remota, como Google Classroom, para estandarizar la forma en la que se imparten los cursos de forma virtual.
El gran desafío que enfrentamos ha estado en los talleres prácticos, por ejemplo, en Diseño de Modas, Fotografía, Arquitectura y Producción Audiovisual. Inclusive hemos enfrentado decisiones de aún no abrir algunos talleres y esperar a que sea seguro hacerlos de forma presencial o al menos en un esquema híbrido.
Trabajamos en campañas que acerquen a nuestros estudiantes a la universidad aún cuando no podemos vernos físicamente, que los mantengan activos y en contacto con la comunidad creativa de la que son parte. Pero esperamos con ansias el momento que podamos reabrir nuestras puertas y recibirlos cara a cara.
Herrera concluye que el adelanto que ha tenido una transformación digital que era ya inminente, ha planteado también los límites de cada tipo de organización a la hora de replantear su funcionamiento.
“Ahora tenemos muy claro y comprobado que en nuestra área educativa hay cosas que se quedarán y otras que no podemos adoptar. Por ejemplo, muchos cursos teóricos funcionan muy bien virtuales, ahorran recursos y tiempo a los estudiantes, ofrecen mayor comodidad y flexibilidad; pero entendemos también que los talleres prácticos necesitan el cara a cara y la vivencia personal para lograr el aprendizaje deseado.
Con todos estos cambios y lecciones aprendidas, se visualiza una nueva estructura que sin duda hoy es, más resiliente, más flexible, más eficiente y con opciones que se adapten cada vez mejor a las exigencias de la coyuntura y a las necesidades de nuestros estudiantes y colaboradores”, anotó el Rector.